El estrés es una respuesta natural, automática y adaptativa de nuestro organismo, que nos prepara para actuar ante los desafíos de la vida. En ocasiones esta capacidad de respuesta se puede ver sobrepasada por las demandas del exterior. Si añadimos la permanencia a lo largo del tiempo de estas demandas, comenzaremos a generar tanto síntomas físicos, como dolores de cabeza, problemas gastrointestinales, posibles afecciones cardíacas, o cualquier otro tipo de trastorno físico que podrá sobrevenir debido a que el estrés influye directamente en el sistema inmunológico, como síntomas psicológicos, principalmente, cuadros de ansiedad, reacciones intensas de ira, angustia, y/o síntomas depresivos.
Hoy en día, y más que nunca debido al difícil momento por el que la sociedad está pasando, debemos generar recursos internos, que nos ayuden a mantener el mejor equilibrio emocional posible.
La Psicología ha trabajado con especial interés este campo a lo largo de los años. Es posible que podamos resaltar dos estrategias fundamentalmente. Por un lado tenemos la práctica de la Relajación, a través de la cual se consiguen múltiples beneficios físicos y psicológicos debido a la generación de ondas cerebrales alfa, cuya frecuencia es de 8 a 12 Hz y se asocian a estados de relajación similares a los momentos antes de dormirse.
El trabajo, la economía, y otros componentes sociales, nos exigen estar en estado permanente de alerta o de vigilancia, pudiendo en ocasiones influir directamente en la calidad y tiempo del sueño. Por otro lado mediante la reestructuración de pensamientos, adquirimos la capacidad de interpretar esas demandas de una manera más objetiva, puesto que dependiendo de cómo sean interpretadas, dependerá el nivel de estrés. Un mismo estímulo puede ser estresante para una persona, por ejemplo viajar en avión, y para otra no serlo en absoluto.
Cuando el cerebro está en posición alfa se obtienen unos pensamientos positivos y tranquilos, nos encontraremos relajados y tendremos la sensación de que nuestro cuerpo y mente están integrados. En cambio, cuando nuestro cerebro se encuentra en estado de vigilancia o de estrés, se generan ondas beta y ram-alta, responsables de la ansiedad y el miedo, y de la confusión y el estrés, respectivamente. Por tanto, mediante la generación de ondas alfa podemos cambiar nuestros estados emocionales negativos, que inciden directamente en nuestro organismo.
La última tendencia de la Psicología va un poco más allá e integra técnicas orientales como la Meditación, debido a su gran efecto positivo tanto en la mente como en el organismo y a su capacidad de regular las emociones y permitir enfocar las dificultades de manera más positiva. La Meditación es la práctica de un estado de concentración en el momento presente que favorece la dilución de la mente a través de la observación del pensamiento. Se caracteriza también por la producción de ondas alfa y theta, responsables éstas últimas de la sensación de armonía y plenitud, del aumento de la memoria, de la creatividad y de la capacidad de aprendizaje.
Un equipo de psiquiatras de la universidad de Masachusetts, ha sido el primer equipo de profesionales en realizar un estudio acerca de los efectos de la meditación, demostrando que ocho semanas practicando la Meditación, son capaces de generar cambios en regiones cerebrales, como la de la memoria, la empatía, el estrés y la autoconciencia. Así lo destaca el periódico ABC en su artículo «Ocho semanas de meditación pueden cambiar el cerebro«, donde podemos encontrar más información acerca de la investigación:
De la unión de la Psicología y las Técnicas Orientales aparece el concepto de Mindfulness:
Mindfulness es un término acuñado para referir la capacidad de la mente para prestar una atención y conciencia plena del momento presente, con aceptación del mismo y sin emitir juicios de valor. El origen de este término proviene de las técnicas de meditación y filosofía oriental, donde dan especial importancia a trabajar esta cualidad de la mente. Los ejercicios de Mindfulness han cobrado especial interés en Estados Unidos, principalmente para combatir el estrés y la ansiedad.
La mente del ser humano, tiende a variar principalmente entre dos posiciones: el pasado y el futuro. Los pensamientos dirigidos hacia el futuro, aunque este no sea muy lejano, suelen crear desasosiego o ansiedad. Observa tu pensamiento. ¿Tiende a estar en el futuro?. ¿Qué sientes? Por ejemplo, estamos de camino al trabajo. Nuestra mente comienza a generar pensamientos a cerca de lo que tiene que hacer, de los problemas que esta habiendo en el trabajo. Nos imaginamos el futuro y las distintas posibilidades que pueden surgir. Sentiremos muy probablemente ansiedad, desasosiego o angustia. Cuando nuestra mente queda invadida por pensamientos referentes al pasado, podemos entrar en la nostalgia o la frustración de lo que fue o podría haber sido.
Muchos autores hablan de la importancia de estar en el momento presente. Eckhart Tolle, en su libro «El Poder del Ahora», explica de manera sencilla cómo llegar a este estado mental, la importancia que tiene y los beneficios que se consiguen.
Las técnicas de Relajación, de Meditación, o los ejercicios de Mindfulness, son recursos necesarios. No somos aún conscientes de la gran importancia que tiene incluir este hábito en nuestras vidas. «No somos mente». La mente es una herramienta puesta a nuestro servicio. Es importante aprender a educarla para que nos permita enfocar la realidad de una manera positiva y adaptativa.