UN TRATAMIENTO RÁPIDO Y EFICAZ
El EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing) es una herramienta que está cobrando una especial relevancia en los últimos años debido a su eficacia y rapidez en sus resultados terapéuticos.
Avalado por multitud de pruebas científicas, el EMDR se focaliza en la dilución de experiencias traumáticas a través de la estimulación bilateral del cerebro conectada a la experiencia que deseamos trabajar. Está especielmente recomendado para el tratamiendo de Fobias, Miedos, Estrés Postraumático y Abusos, pero su eficacia y campo de actuación se extendiende mucho más allá de estos síntomas.
En 1987 Francine Shapiro, psicóloga americana, descubrió cómo la estimulación de los movimientos oculares disminuía la perturbación de pensamientos y emociones negativas. Fue a partir de entonces cuando empezaron los estudios de este fenómeno y comezaron a desarrollarse protocolos de intervención.
Está demostrado que cuando el cerebro entra en estrés se desorganizan sus bases subcorticles y su bioquímica (causa de la ansiedad): aumentan los niveles de activación de la amígdala, disminuye el cortisol, aumenta la noradrenalina, se desconecta el córtex cerebral (perdemos noción del tiempo, dejamos de pensar apropiadamente, se dificulta la toma de decisiones), el hipocampo se reduce, etc.
Mediante numerosos estudios científios se ha descubierto cómo esta técnica produce que todos estos niveles vuelvan a su equilibrio natural: aumenta el hipocampo, se reconecta el córtex y se reequilibran ambos hemisferios, la activación de la amígdala (parte del cerebro donde reside el miedo) se regula, así como los niveles bioquímicos hormonales mencionados.
Este proceso se basa en que nuestro cerebro tiene un sistema innato de procesamiento e integración de las experiencias. En ocasiones, las experiencias traumáticas no se pueden integrar del todo quedando encapsuladas neuralmente. Es entonces cuando emociones o creencias acerca de esa experiencia o sobre nosotros mismos, quedan almacenadas a nivel subcortical (subconsciente) y siguen actuando en el presente.
Seguramente hemos observado alguna vez a alguna persona mientras dormía y habremos notado cómo los ojos se suceden en una continuidad de movimientos rápidos cuando está soñando. Esta fase del sueño, la fase REM, tiene esta misma función de la que hablamos: procesa e integra multitud de información que ha podido quedar sin elaborar debido a que estamos sometidos a grandes cantidades de información diariamente. La fase REM del sueño forma parte, por tanto, del sistema de procesamiento innato del cerebro.
A modo de ejemplo expondremos dos experiencias brevemente:
«T», acude a consulta debido a la situación de moobing o acoso laboral que en la actualidad sufría. El miedo de acudir al trabajo, día tras día, le atormentaba. La ansiedad y el estrés que su situación le provocaba, le mantenía bloqueado, con la sensación de «sin salida». Debía negociar su situación de despido si así finalmente lo decidiera. Tras varias sesiones de reprocesameinto del miedo y la ansiedad, dichos niveles comenzaron a disminuir. «T» se sentía más capaz de tomar decisiones y de hablar, con aquellas personas responsables de su situación, hasta volver a recuperar la sensación de control, y así reestructurar su posición laboral de manera adaptativa.
«C», es una mujer que acude a consulta con, entre otras dificultades, un nivel de minusvalorización significativo. Con el tiempo, encontramos un recuerdo en el cual vivió una situación de humillación en el que fue maltartada psicológicamente y, del miedo que sintió, miccionó súbitamente delante de otras personas. Ésta experiencia de su pasado, quedó fijada en su mente sin poderse elaborar, determinando así inconscientemente, parte de sus creencias acerca de sí misma. Tras aplicar esta técnica de reprocesamiento, «C» consigió cambiar sus emociones y sus creencias acerca de sí misma que se originaron en aquella experiencia y pudo tomar perspectiva desde una posición más adulta y adaptativa. Se sentía más fuerte y más valiosa.
Ciertas experiencias emocionales, por tanto, ya hayan sucedido en el pasado o estén sucediendo en el presente, pueden quedar almacenadas en nuestra mente (concretamente en el hipocampo), sin elaborar, sin procesarlas correctamente, y en estos casos, es necesario trabajarlas, para conseguir la sensación de bienestar.
A nivel profesional, considero que esta técnica tiene una gran valía aplicada dentro de lo que es una psicoterapia. Como hemos señalado en otros artículos, es importante integrar modelos y técnicas para ajustar el tratamiento a las necesidades de la persona para que ésta, encuentre el equilibrio y la serenidad, interiormente y con lo que le rodea (relaciones, trabajo, pareja, etc.)