Mi hijo se porta «mal» ¿qué hago?

Cuando un niño comienza a tener un comportamiento inadecuado, a no obedecer, a enfadarse continuamente, a tener rabietas, a no atender a lo que le decimos, etc, lo primero que debemos preguntarnos es, ¿qué le está sucediendo?, y para ello intentar ver dos cosas fundamentales:

¿ Qué pasa en su ambiente que le pueda estar afectando?. ¿Hay algún problema en la escuela o en casa? ¿Con qué personas de su ambiente se puede ver relacionado su comportamiento? A través de ciertos comportamientos pueden estar expresando su malestar ante una situación, o una «falta de» (atención, límites, etc) y debemos actuar.Offended child Saber qué le está afectando nos puede ayudar a saber qué están sintiendo realmente.

Por otro lado, ¿en qué fase de su desarrollo infantil se encuentra? Las necesidades psicológicas y los modos de comportarse en el niño, están estrechamente ligados, variando continuamente dependiendo de la edad. No es lo mismo el primer año de vida, que el tercero o que la pubertad, por ejemplo.  Hay conductas que podemos interpretar como desafiantes y que en realidad son naturales de la etapa de su desarrolo. Por ejemplo, hacia los 3 años comenzarán a decir qe «no» a todo. Realmente lo hacen porque es su primera fase de independencia. Así se reafirman en que son personas independientes de sus padres. Con personalidad propia. Otro ejemplo lo podemos encontrar en la adolescencia. Muchos padres interpretan como desprecio los actos de rebeldía, el cambio de look, la necesidad de estar más solos, o que ya no quieran tanto mimo. Todo esto es normal. Están buscando quienes son, por sí mismos.

Un niño  suele ser el síntoma del problema, no el problema en sí, pues es completamente dependiente y reactivo de su ambiente. Los niños no pueden regular sus emociones solos. Depenen de sus figuras de apego para manejar sus emociones. Por tanto algo habrá que cambiar en su ambiente para que el niño esté regulado emocionalmente

Es importante tener en cuenta, que el niño va a formar su autoestima y autoimagen en función de lo que el ambiente le refleje de él mismo. Es decir, las reacciones de sus figuras de apego ante aquello que él hace o dice. Por ello es muy importante tener en cuenta qué le devolvemos al niño, incluso cuando tenga mal comportamento o desobedezca.

 

El comportamiento de un niño está totalmente ligado a lo que está sintiendo. Dependiendo de cómo maneje los sentimientos, dependerá en gran medida su conducta. Por ello es necesario atender a dos cuestiones fundamentales en el niño:

Sus emociones

Para manejar y regular las emociones y el comportamiento de un niño, lo primero a tener en cuenta es educar a nuestros hijos en que se den cuenta de qué emoción están sintiendo y en que la puedan expresar. Sobre todo necesitan sentir que reconocemos y entendemos esos sentimientos (empatía). Poderle reflejar que sabemos lo que está sientiendo con palabras, por ejemplo : «sé que estás muy enfadado con mamá»,  y permitirle que lo exprese, le va a ir permitiendo reconocer y manejar  lo que le pasa.

Es importante  ayudarles a que puedan reconocer los que los demás sienten (empatía), simplemente preguntándoles, o señalándoselo nosotros.

También podemos hacerles de modelo, reflejándoles de vez en cuando cómo nos sentimos nosotros. Por ejemplo: «mamá hoy está muy contenta, cansada, triste, orgullosa…», cualquier emoción es buena y válida.: Esta es la base de la Inteligencia Emocional, cuyas características son:

«La capacidad de motivarnos a nosotros mismos, de perseverar en el empeño a pesar de sentirnos frustrados, de controlar los impulsos, de poder retrasar y saber esperar las gratificaciones, de regular nuestros propios estados de ánimo, de evitar que la angustia interfiera a la hora de razonar y la capacidad de empatizar y confiar en los demás»

Son estas habilidades realmente y no las de la  inteligencia comúnmente entendida, lo que realmente deteminará que una persona triunfe en la vida y sea feliz.

Sus conductas

Por otro lado, los niños necesitan límites concretos ante determinados comportamientos, para ayudarles a controlar sus impulsos y que aprendan a tolerar que no todo es cuando y como él quiere. La vida no es así. Más mayores los límites les aportarán el ser capaces de esforzarse y lograr objetivos, es decir, contribuyen a formar cierta disciplina y voluntad, tan importantes para que llegue a ser un adulto que se sienta capaz de superar y lograr aquello que se proponga.

Para regular las conductas de los niños por tanto, es importante conocer el término que la psicología conductista llama «refuerzo»

«Toda conducta que sea reforzada, volverá a ser repetida por el niño»

Cuando un niño de dos años aproximadamente comienza a usar el orinal por ejemplo, e incluso lo pide, la reacción de sus figuas de apego normalmente será un: !muy bien!,  !qué mayor eres! !bravo! Esto es el refuezo positivo. Por tanto el niño se sentirá admirado, querido, reconocido y le ayudará a aprender y a estar motivado para superar esa fase, que por cierto para ellos es !muy importante! Del refuerzo positivo dependerá mucho su sentimiento de valía.

Cuando aparece un comportamiento inapropiado, por ejemplo tirar del pelo a su hermana, o negarse a hacer los deberes, puede tener que ver con una llamada de atención, debido a lo acontecido en el ambiente (llegada nuevo hermanito) o correspondiente a su fase (manera de rebelarse en la adolescencia). Si nuestra reacción es mediante enfado o estar «muy encima» del niño, la conducta se seguirá manteniendo, pues la estaremos reforzando negativamente (búsqueda de atención negativa).

Por tanto a nivel conductal aquí tenemos unas pautas concretas para manejar los comportatmienos menos adecuados:

 

Cómo manejar las conductas negativas:

  • Señalar la conducta de forma tranquila, sin que nos vean alterados (atención negativa) necesitamos neutralidad. Intentar no imponer, sino explicar, la consecuencia que tendrá el no hacer la conducta deseada (por ejemplo terminar los deberes) y el por qué es necesario que se cumpla.

 

  • El formato sería  “si… entonces….” Por ejemplo. Si no terminas correctamente los deberes, entonces hoy no podrás usar Internet. Hacerlas también en formato positivo es muy imporente. Si terminas hoy a tiempo entonces…(algo que le guste) Evitemos el exceso de lenguje en negativo. Siempre señalar de manera clara y corta y sencilla.

 

  • Avisar una sola vez. Si estamos encima continuamente para que haga las cosas estaremos reforzando negativamente, y su sensación de valía se verá mermada, y nuestro cansancio e impotencia crecerán considerablemente.

 

  • Las consecuencias deben ser decididas previo acuerdo entre los padres. Esto es fundamental para el niño. Tiene que haber un punto de unión Ej: papá/mamá y yo estamos de acuerdo en que si no terminas los deberes a tiempo no verás la serie de esta noche. Si los padres se contradicen los hijos se confunden y pierden la seguridad que necesitan y el camino para poder regular su conducta. Ningún niño nace sabiendo regular su conducta y sus emociones. Es a través de los padres, donde van aprendiendo a autorregularse. La pareja ha de formar un equipo a la hora de educar a los hijos. El mal funcionamiento de este equipo, es una de las principales causas que puede afectar al desarrollo emocional del niño.

 

  • Si aún así no cumple con la conducta, cumplir siempre la consecuencia que le habíamos anunciado. Esta debe ser siempre a corto plazo de forma inmediata, y que se pueda cumplir.

 

Por ejemplo: “como te dije, hasta que los deberes no estén hechos no se puede ver tu serie”.

En vez de : “si no estudias te quito Internet todo el mes” (éstas son más difíciles de cumplir, puesto que cuando pasa el tiempo nos vamos desenfadando o nos parece mucho, o incluso nos da pena, así que pierde el efecto y no habrá servido de nada el esfuerzo, pues lo volverá a repetir, ya que en el fondo sabe que al final no es para tanto)

  • Si cogiera una rabieta por tener que asumir la consecuencia de su comportamiento, que previamente le hemos avisado,  intentar no alterarnos (si no entraríamos en atención negativa, por lo tanto, adquiriría esta forma de conducta cada vez que no quisiera hacer algo), prestando poca atención a su  llanto, dándole únicamente dos consigas claras y sencillas ej: entiendo que te enfade no ver tu serie y es normal, pero como ya te dijimos: «si  no haces los deberes  de hoy entonces no podrás ver tu serie», «cuando te calmes podremos hablar»

 

  • Cuando haga la conducta positiva siempre!! Reforzársela para que la vuelva a repetir. Al ver nuestra reacción se sentirá valioso y tenderá a querer sentirse así

 

  • Hacerle reflexionar: Cuando comienzan a ser más mayores, en vez de darle las soluciones de cómo debe hacer las cosas, preguntarle cómo lo haría: cómo te organizarías, cuánto tiempo crees que te llevará, qué crees que pasará si haces muy rápido los deberes, cómo resolverías tú esto, qué piensas acerca de… Esto les hace sentir que se les trata de manera más adulta, de que cuentan con su opinión, lo cual es una necesidad de los adolescentes. A parte conseguimos que poco a poco ellos vayan organizando su mente, y dándose cuenta de las consecuencias de sus actos, por sí mismos. Si siempre escuchan las soluciones del exterior , llega un punto en que no lo retienen, no les hace efecto, como un «efecto de disco rayado».

 

  • Corregir la conducta, no a la persona. Por ejemplo: No está bien jugar a la pelota dentro de casa porque se puede romper algo. En vez de: «pero cómo se te ocurre jugar a la pelota dentro de casa, ¡qué pocas luces!».

Asegurarnos de transmirtir a los niños que ellos valen por lo que son, tal cual son, no por lo que hacen. El error es siempre parte necesaria del aprendizaje. Deben de saber que independintemente de lo que hagan , siempre serán queridos.

 

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